El pasado 14 de noviembre, las peladoras del peso gallo del UFC, Joselyne Edwards, de Panamá y Ailín Pérez, de Argentina, tuvieron un altercado que resultó en un corte en el pómulo de Pérez, quien se preparaba para pelear el sábado 18 en el UFC Apex de Las Vegas.
La comisión de Nevada permitió pelear a ‘Fiona’, que se llevó la victoria ante Lucie Pudilova por decisión esa noche y reveló una versión de los hechos en los que presuntamente Edwards -sin mencionar su nombre- la atacó deliberadamente con el objetivo de sacarla de la pelea y que de no ser por la intervención de su entrenador, Javier Oyarzabal, que la defendió, su vida hubiera estado en peligro.
Joselyne Edwards relató su versión a ESPN Deportes y asegura que ella “ni siquiera sabía que estaría ahí”, pues iba a su entrenamiento como todos los días en el Performance Institute del UFC y aunque reconoce que le reclamó verbalmente por comentarios que hizo sobre ella en redes sociales, asegura que fue Oyarzabal quien provocó la violencia física ene lugar de impedirla.
“Si me preguntas ahora, fue algo tonto, se calentó el momento y él como entrenador no supo separar la pelea. Si él nos hubiera separado ella no tendría ese corte, ni me dí cuenta de que estaba cortada por que él se me guindó (ahorcó), ella me estaba pegando y él me estaba agarrando, dije ‘si la suelto a ella, esta me va a pegar’. Hice un movimiento hacia adelante para ver si me lo quitaba a él, se cayó ella, me cayó encima y él seguía en mi cuello, entonces Alex Davis (manager de Amanda Ribas quien estaba entrenando en las instalaciones) se metió, me habían quitado a Ailín y el entrenador seguía diciendo que me iba a dormir.
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